y tienes una sensación de pérdida y vacío.
A veces, quisieras saber dónde debiste desviarte
pero solo recuerdas una ancha vía,
sin bifurcaciones,
ante tí.
Son las veces en las que llegas a ese punto
en que no puedes seguir.
en que no puedes seguir.
Un abismo se abre ante tí
y el suelo tiembla
y el suelo tiembla
bajo tus pies.
O tal vez no es el suelo, sino tus pies,
y tras ellos tus piernas
y entonces, todo tú estás temblando.
A veces, has de cerrar los ojos
y volverlos a abrir
y comprobar si aquel agujero sigue ahí.
Y a veces tienes que repetirlo
pues abres y cierras tus ojos,
una y otra vez,
y siempre está.
Sigue ahí.
Pero a veces, al abrir los ojos,
en ese momento en que empiezas a hacerlo,
antes de separar completamente los párpados,
aparece ante tí.
Un invisible puente tejido con hilo de plata,
únicamente perceptible a la luz de los sueños.
Sueña.
20150201 morning pages
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